2 abr 2017

PROTECTOR

La había visto crecer. De hecho, era conocedor de su llegada mucho antes de su nacimiento. 

Se percató en el mismo instante en el que advirtió la incipiente barriguita que su mamá lucía orgullosa bajo aquel vestido ajustado. 

Y lo confirmó al observar por la ventana cómo arreglaban con esmero su habitación; y al asistir paciente al desfile de familiares y amigos que entraban al portal cargados de algún regalo envuelto en alegres papeles de color infantil. Ha de reconocer que hubo un tiempo en que le resultó molesta. Él, tan acostumbrado al dulce canto de los pajarillos, quedó abrumado al ser este desterrado al olvido por culpa de aquel inconstante berrido hambriento de teta y atención. Pero todo su enfado fue relegado en el preciso instante en que la vio sonreír por primera vez. 

8 mar 2017

ROSA - Micro Relato

Esta es la historia de una flor. Una flor de formas voluptuosas y llamativos colores, de apariencia delicada y tan hermosa que todo el mundo deseaba poseerla. La ingenua flor, creyendo que sólo pretendían quererla se dejó amar. Y amó. Con toda el alma. Entregándose sin límites, porque así entendía que debe ser el amor, porque así se lo mandaba su infinita bondad. Aquellos que prometieron corresponderle, le mintieron por beneficio propio. Temiendo que algún día se diera cuenta y se arrepintiera de haber dado tanto por tan poco la sometieron a su voluntad, silenciándola, despreciando su poder, menguando su autoestima. La tierna flor, oculta bajo las perversas ramas de sus captores, fue privada de la luz del sol, y dejó de crecer, marchitándose lentamente. Al perder su vitalidad comenzó a sentirse débil y se mostró cada vez más sumisa, menos capaz. Hasta que un día, una lluvia reparadora la sacó de su letargo, ayudándole a darse cuenta de que aquella no era ella, de que le estaban prohibiendo ser lo que siempre había sido. Justo entonces, recordó que tenía espinas. Su tallo estaba repleto de protuberancias puntiagudas que la hacían fuerte y que podía usar para defenderse. Así que las usó, con todo su ahínco, pinchando a todos los que quisieron dañarla. Pero no fue suficiente. Sus amantes protectores se habían hecho tan poderosos que no iban a dejar que ella, esa insignificante y pequeña florecilla les mostrara resistencia ni les privara de sus múltiples privilegios, por lo que empezaron a arrancarle los pétalos, uno a uno, intentando acallar de nuevo su voluntad. Fue entonces cuando la flor se percató de que no iba a poder vencer sola, y se le ocurrió un plan. Empezó a extender sus semillas por todo el campo, y miles, millones de flores crecieron a su alrededor, muy cerca unas de las otras, casi pegadas. Y estas a su vez hicieron crecer más flores, hasta que el prado quedó inundado de color. Entrelazaron sus tallos espinados para protegerse las unas a las otras y formaron un ejército tan poderoso que era imposible hacerle daño. 


Y así, la pequeña flor se transformó en un enorme ramo, voluptuoso y de llamativos colores, de apariencia delicada, pero tan fuerte y hermoso que nadie jamás logró poseerlo.


Feliz Dia Internacional de la Mujer pequeñas florecillas guerreras. 
Seamos todas una, no dejemos que nos pisoteen más, unámonos y que procuren no tocarnos los pétalos. Somos mucho más fuertes de lo que ellos creen.

25 oct 2016

TC

Todos los días igual. Salir del trabajo. Pedir la misma comida al chico simpático que te pregunta día tras día que quieres hoy. Pagar. Cinco minutos de espera a que salga el pedido. Comer sola y con prisa. Hacer ver que lees el diario mientras intentas seguir las conversaciones que se desarrollan en las mesas de alrededor. Suspirar. 




Recoger las sobras y dejar la bandeja donde corresponde. 

Salir diciéndole adiós al camarero con un golpe de cabeza discreto. Volver cabizbaja al trabajo. Sentirse desgraciada. Y eso es todo. 

Hasta que un día, así de repente y sin previo aviso, todo cambia. 

15 oct 2016

EN EL TREN - Micro Relato

Si levantaras la mirada un instante, solo un segundo…. Si pudieras desconectar tan siquiera un momento para ver lo que hay a tu alrededor, te encontrarías con mis ojos observándote sedientos de atención. En ese preciso instante tu mundo y el mío quedarían unidos para siempre, sentenciados a seguir mirándonos toda la eternidad. Una perpetuidad tan breve que hasta una vez muertos desearíamos seguir viéndonos. 


Pero tú no me ves, no me miras, con los ojos ciegos de tecnología te levantas y abandonas el tren en la siguiente estación.

8 oct 2016

LA TORMENTA





El reluciente azul del cielo la inunda de tranquilidad. 

La suave brisa juega traviesa con sus cabellos, mientras los rayos de sol acarician sus mejillas y las hacen enrojecer dándoles un aspecto cálido y hermoso. 
Presiente que la tarde se llevará el buen tiempo y la calma. El ambiente se turba cuando él llega a casa. 





Los árboles cambian rápidamente de color, se mueren las flores y se apaga el canto de los grillos. 

Tras el portazo las hojas secas empiezan a caer al paso de las fuertes ráfagas de viento. Le ofrece una atenta bienvenida pisando cuidadosa las hojas secas que se asientan a sus pies. 





Intenta evitar que el crujido le moleste y se encienda la chispa que origine la tormenta. 


Pero no puede impedir lo inevitable. El otoño siempre acaba en un frío y duro invierno. 

Se levanta un aire congelado que le hiela la piel y, se empiezan a oír los truenos, lejanos al principio, pero cada vez más cercanos, más seguidos, más aterradores. 
Nerviosa, intenta calentar el ambiente con palabras serenas sopladas con aliento cálido, pero colmado de fragilidad, demasiado débil para luchar con la intensa luz de los relámpagos. El fulgor la enciega y a tientas, cualquier movimiento es torpe e inútil. Se pierde en la oscuridad resultado de las nubes negras que reinan ya en la inmensidad del cielo. 
Sin previo aviso, empieza la tempestad. Destructora, la tromba cae sobre sí sin piedad, sin tregua, robándole el aliento, calándole los huesos. 

22 sept 2016

@unmundoideal

Después de pasar dos intensas horas frente al ordenador haciendo retoques, por fin, está contenta con el resultado. 




A su humilde parecer, la imagen ha quedado perfecta. 

Ahora falta añadirle el texto...y listo...enviar. Apoya la espalda en el respaldo del sofá dejando caer el móvil a su lado y suspira cansada. Cada vez que le da al botón de publicar, la inunda inevitablemente una mezcla de sentimientos encontrados que la llevan de la excitación al miedo pasando por la incertidumbre, el nerviosismo y la esperanza. 

El televisor está encendido, y a pesar de que tiene la mirada fija en la pantalla, no ve ni oye nada de lo que los presentadores del programa cutre de la tarde le relatan. 


Lo que realmente capta por completo su atención, es la sutil vibración repetitiva del aparato que reposa situado a su izquierda. 

Ella sabe perfectamente de qué se trata, y aun así, le da pánico mirar. Fobia a que los “likes” no se ajusten a sus expectativas. Pavor a no gustar lo suficiente. Terror a llamar escasamente la atención. Tras diez minutos de contención por fin decide que ha llegado el momento. Con un movimiento rápido coge el teléfono, marca los números del desbloqueo y entra en la aplicación. Quinientos setenta y ocho me gusta y otros tantos comentarios. Increíble. No puede sentirse más feliz. 

Lee alguno de los mensajes, “yo estuve en esa playa, es fantástica!” “disfruta guapa, te lo mereces” “¿dónde estás?” “maravillosa….” Contesta a todos con palabras sinceras de agradecimiento y responde las preguntas con la información obtenida directamente de la red. Después de todo se debe a sus fans. Ha sabido aprender de sus errores y cada vez prepara más concienzudamente cada uno de los detalles que comparte. En el ciberespacio no existe margen de error. Miles de trolls se encuentran agazapados tras cordiales perfiles. Lobos digitales disfrazados de inofensivos y simpáticos “emoticorderitos” al acecho de su próxima presa. Pacientes, recorren con sigilo cada una de las publicaciones mientras su agudizado ingenio trabaja incansable en medio de un mar de información a la espera de que salte la liebre, y una vez la detectan, y puedes estar seguro que tarde o temprano lo harán, entonces, no hay contemplaciones. Le saltan a la yugular, sin compasión, apresándola entre sus fauces sedientas de sangre fresca, y aprietan. Aprietan hasta que se desangra y muere quedando solamente el recuerdo de su equivocación rodando perpetuo en el paralelo infinito del ciberespacio. Dios, se le ponen los pelos de punta solo de pensarlo. 

Está bien, después del trabajo bien hecho, ha llegado el momento de un merecido descanso. Ha estado tan concentrada en ese aparatito que no se ha dado cuenta de que ha empezado a oscurecer y peor aún, de que el estómago hace rato que le ruge como un león enjaulado. Enciende la luz de pie del salón, y da un vistazo a su alrededor. 

15 sept 2016

FALSO LUNAR - Micro Relato


El lápiz con el que ella, cada mañana, se lo dibujaba quedó olvidado en el lavamanos del baño. Pensó en llevárselo de inmediato. El hecho de que hubiera decidido marcharse llevándose todas sus cosas, sin tan siquiera despedirse, no era motivo para mostrarse descortés. Estaba convencido que lo echaría en falta al día siguiente. Sólo un instante de reflejo, con el objeto ya en la mano, le sirvió para darse cuenta que extrañaría el lápiz, no a él. 

Así que, se tragó las ganas, y lo usó para reproducirse en el rostro su falso lunar.