Todo empieza con el aroma de una flor blanca con olor a soledad recibida como acompañamiento de unas breves palabras rutinarias.
Después las flores inundan la estancia.
Flores variadas, de distintos colores, formas y aromas presididas de cintas nominales. Flores perfectamente ordenadas en enormes ramos de los que la bruma que cubría mis ojos me impedía disfrutar.