18 ago 2015

CREER O NO CREER

Sentada frente a una copa de vino blanco en el cómodo sillón de piel negro y ante la perspectiva de, a excepción de los baños y la cocina, la totalidad del local, me sentía preparada para intentar averiguar que sucedió exactamente tal día como hoy, nueve de septiembre, del año 2007, en el mismo lugar y aproximadamente a la misma hora, dónde ahora me encuentro.

Fue durante una de esas típicas quedadas post vacacionales, que utilizábamos como excusa para básicamente, cotillear sobre los affaires veraniegos de cada uno de nosotros.

Aquel día nuestro punto de encuentro habitual permanecía cerrado por vacaciones, así que nos desplazamos unas cuantas manzanas hasta llegar al café Adonis. El sitio estaba completamente lleno y recuerdo que tuvimos que esperar alrededor de 15 minutos antes de poder sentarnos en una de las mini mesas redondas situadas en el centro del local, 
justo debajo de aquella lámpara atrapa sueños de aros circulares y bombillas rellenas de anaranjado hilo incandescente.

Marcos acababa de aterrizar de un viaje existencial por tierras Brasileñas, dónde, entre otras cosas, seguro menos excitantes, las exuberantes autóctonas le habían ayudado sobremanera a superar ciertos tabúes que ahora no vienen al caso.

1 ago 2015

¿MEJOR NO PREGUNTAR?

¡Si le tienes que preguntar, la respuesta es no! ¡Aunque de sus labios salga un sí! Con suerte, con mucha suerte, conseguirás que no abra la boca, que evite la respuesta, que haga mutis por el foro cambiando de tema, o en el mejor de los casos te haga callar con un beso. Si no lo ha dicho antes, o lo dice de vez en cuando de forma natural, sin presión ni preguntas directas o indirectas por el medio, y tras la pregunta dice que si....Fíjate en que dirección miran sus ojos al responder, si tarda en contestar o si titubea porque muy probablemente no esté siendo sincero. Lo has acorralado y en esa posición una respuesta negativa puede perjudicarlo y sacarlo de su zona de confort. Del confort que le proporciona echar el polvo de los domingos. Que todos sabemos que los domingos por la tarde son muy tristes si estas solo. 

No caigas en mí mismo error, porque a la larga la mentira se desmorona como un muro lanzándote encima todas y cada una de sus pesadas piedras. Te lo digo por experiencia. 

Fue una tarde de verano, llevábamos exactamente seis meses, dos semanas y un día saliendo juntos.
Estábamos tomando un zumo de frutas natural en ese local tan mono que hay en la esquina entre paseo de San Joan y Aragón, cuando se me ocurrió la brillante idea de preguntárselo. 

Yo ya se lo había dicho varias veces y no había obtenido respuesta alguna por su parte, así que se lo solté tal cual, sin más, entre sorbo y sorbo de zumo de frutas. En medio de aquel batiburrillo de guiris, hipster, guiri-hipster o hipsters-aguirados, que lucían barba y barriga al aire mientras comían un trozo de pastel de zanahoria, jengibre, coco, o cualquier otra cosa que aún no estuviera a la moda. 

- ¿Tú me quieres?