Cuando veo sus caritas les
envidio. Anhelo su inocencia, su candidez, su ingenuidad. Los embustes solamente
deberían servir para generar esa ilusión desmedida. Deseo que me mientan no por
egoísmo, sino por amor. Que ideen argucias, trucos y tratos pensando en mi felicidad y no en la suya
propia.
¿Por qué existe mentira más
dulce que la que consigue arrancarnos una sonrisa? Esperan impacientes su
turno. Sus pequeñas manitas sostienen nerviosas las cartas dónde han escrito
sus deseos. Al subir a la tarima se les corta la respiración, van a depositar
en aquel hombre extraño toda su confianza, su esperanza entera. Le sonríen
tímidos y cierran con un cariñoso abrazo el trato preestablecido.
Yo me porto
bien y vosotros me traéis mis juguetes.
El año entero alimentamos unánimemente
y en consenso esa mentira piadosa para ver iluminarse sus ojos al descubrir los
paquetes en el salón.
Está decidido, me engañaré yo
misma y me permitiré el lujo de convertirme en niña al menos unas horas cada
año.
¡¡Feliz noche de reyes a todos!!
me encantaaaaa! yo también quiero permitirme ese lujo!
ResponderEliminarGracias guapi!
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